By Miriam Mendoza 
En Veracruz, el problema de la vivienda no es solo de cantidad, sino principalmente de calidad. Según cifras recientes, más del 66% de las viviendas en el estado presentan algún tipo de déficit cualitativo, es decir, no cumplen con condiciones adecuadas de espacio, materiales o servicios. Esta situación representa tanto un desafío social como una oportunidad estratégica para el sector inmobiliario.
¿Qué significa el déficit cualitativo?
El déficit cualitativo ocurre cuando las viviendas existentes no garantizan condiciones mínimas de habitabilidad. En Veracruz, las cifras son contundentes:
Este panorama indica que millones de personas viven en condiciones inadecuadas, muchas veces en viviendas autoconstruidas, mal ubicadas o sin acceso a infraestructura urbana.
El papel clave de los desarrolladores inmobiliarios
Ante este contexto, los desarrolladores tienen la posibilidad de dejar de enfocarse exclusivamente en la expansión urbana y empezar a generar soluciones enfocadas en mejorar la calidad de vida, a través de distintas estrategias:
- Rehabilitación de vivienda existente
Crear esquemas para mejorar viviendas deterioradas en zonas ya urbanizadas. Esto puede incluir alianzas público-privadas para facilitar financiamiento, acceso a materiales o asistencia técnica.
- Regeneración urbana y densificación
Aprovechar terrenos intraurbanos o zonas céntricas en declive para construir vivienda nueva, vertical, bien equipada y accesible. Esto reduce el impacto ambiental y mejora la conectividad.
- Modelos de vivienda progresiva y flexible
Diseñar soluciones adaptadas al contexto veracruzano: unidades básicas con posibilidad de crecimiento, construidas con materiales resistentes, accesibles en precio, pero con criterios mínimos de calidad.
- Proyectos de vivienda en renta digna
Ofrecer vivienda en renta bien ubicada y con estándares básicos, especialmente en zonas industriales, portuarias y turísticas donde hay alta movilidad laboral.
Oportunidad en la adversidad
El déficit cualitativo en Veracruz no solo muestra un rezago estructural, sino un nicho desatendido en el mercado inmobiliario. Los desarrolladores que entiendan esta necesidad podrán generar proyectos con alto impacto social y viabilidad comercial, sobre todo si integran innovación, alianzas con instituciones como Infonavit o la banca social, y un enfoque local.
Veracruz necesita más que vivienda nueva: necesita vivienda mejor. Y quienes estén dispuestos a asumir ese reto, también encontrarán oportunidades para crecer.