En el contexto actual del mercado inmobiliario mexicano, conocer el tipo de vivienda que puede adquirirse con un presupuesto promedio nacional es esencial tanto para compradores como para desarrolladores. De acuerdo con estimaciones recientes, el valor promedio de una vivienda en México se sitúa en $1,859,043 pesos. Pero, ¿qué tipo de hogar se puede adquirir con esa cantidad?

En líneas generales, con este presupuesto, los compradores pueden acceder a viviendas de entre 60 y 120 metros cuadrados, con configuraciones comunes que incluyen 2 o 3 recámaras, 1 o 2 baños y al menos un cajón de estacionamiento. Estas características varían según la ciudad, el tipo de desarrollo (horizontal o vertical) y la ubicación dentro de cada zona metropolitana.
Por ejemplo, en estados con menor presión inmobiliaria, como Hidalgo o Veracruz, este monto puede alcanzar propiedades de más de 100 m², con amplios espacios y mayores comodidades. En contraste, en zonas de alta demanda como Guadalajara, Los Cabos o Puerto Vallarta, el mismo presupuesto puede limitar la superficie disponible y centrarse en desarrollos verticales, con departamentos de entre 40 y 70 m², pero con buena ubicación y amenidades urbanas.
La variación geográfica es clave para entender el alcance de los $1.8 millones. En zonas centro y sur del país es posible encontrar vivienda con mayor número de recámaras y áreas comunes más amplias, mientras que en regiones turísticas o altamente urbanizadas, la ubicación cobra mayor peso y la vivienda tiende a reducirse en superficie para compensar la plusvalía.
Desde la perspectiva del desarrollo inmobiliario, esta cifra representa una referencia estratégica para el diseño y comercialización de nuevos proyectos. Saber qué se puede ofrecer por debajo o dentro del rango del precio promedio nacional permite planear productos más alineados al poder adquisitivo real, especialmente en un país donde el déficit de vivienda asequible sigue siendo un reto estructural.
Además, se vuelve necesario pensar en viviendas más eficientes: diseños compactos pero funcionales, proyectos con servicios integrados y ubicaciones que reduzcan los tiempos de traslado. La tendencia actual exige una oferta que se adapte a los estilos de vida urbanos, la creciente demanda de espacios de renta y los cambios en los patrones demográficos.
Con $1.8 millones de pesos, el mexicano promedio puede acceder a una vivienda de tamaño medio, bien ubicada y con lo esencial para iniciar un patrimonio. Pero también pone sobre la mesa la necesidad de seguir desarrollando soluciones más accesibles, sostenibles y alineadas al perfil económico de la mayoría de los hogares en el país.