Madres jefas de familia en Veracruz: una realidad que exige políticas de vivienda más inclusivas

Más hogares encabezados por mujeres, menos acceso a vivienda digna

En el estado de Veracruz, el rostro de quien encabeza un hogar está cambiando. Aunque los hombres siguen siendo mayoría entre quienes figuran como jefes de familia, las mujeres y en particular las madres, están tomando un papel cada vez más central en el sostenimiento del hogar. De los 2.39 millones de hogares en el estado, un número creciente está encabezado por mujeres, muchas de ellas en edad productiva y a menudo con responsabilidades de cuidado que condicionan sus oportunidades económicas y habitacionales.

Las jefas de hogar en cifras: una base que crece

En los grupos de edad entre los 30 y 54 años, se concentra el mayor número de jefas de familia: más de 300,000 mujeres en Veracruz dirigen su hogar en este rango. Este dato es significativo porque coincide con las edades de mayor participación económica y también con la etapa más intensa en términos de crianza y cuidado de hijos.

En contraste, los hombres aún encabezan la mayoría de los hogares, sobre todo en edades de 35 a 59 años. No obstante, las mujeres representan ya más del 40 % del total de jefaturas de hogar en varios rangos de edad, reflejando una transformación social que debe ser tomada en cuenta por las políticas de desarrollo urbano y vivienda.

El doble desafío de las madres veracruzanas

A nivel nacional, los datos del INEGI muestran que más del 46 % de las madres participan en la economía, y de ellas, casi la mitad gana hasta un salario mínimo. En Veracruz, estas cifras se traducen en miles de hogares donde la capacidad de pago para renta o crédito hipotecario es baja, y donde el trabajo informal o por cuenta propia es común.

A ello se suma la carga del cuidado. Las madres siguen siendo quienes atienden en mayor medida a hijos menores, personas enfermas o con discapacidad. Sin redes de apoyo comunitarias o políticas públicas que cubran esta necesidad, muchas madres deben elegir entre trabajar o cuidar, lo que limita su acceso al financiamiento formal, los créditos hipotecarios o el ahorro para comprar una casa.

¿Qué acciones son necesarias?

En un estado con altos niveles de desigualdad y pobreza, el diseño de vivienda social con perspectiva de género es urgente. Esto incluye:

  • Esquemas de crédito flexibles para madres con ingresos bajos.
  • Subsidios focalizados para jefas de hogar.
  • Viviendas accesibles cerca de servicios de salud, educación y transporte.
  • Centros comunitarios de cuidado infantil como parte de los desarrollos habitacionales.

Reconocer que la vivienda no es solo una meta patrimonial, sino una condición básica para el bienestar y la autonomía de las madres, es el primer paso para un Veracruz más justo.

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